martes, 26 de julio de 2011

Burguesía nacional


Escribe Aldo Ulises Jarma en su blog:
Francisco Olivera termina su columna de ayer en el suplemento económico de La Nación con esta anécdota:

"Eduardo Eurnekian, probablemente el hombre de negocios más hábil que tiene la Argentina, suele decir que para evaluar el desarrollo de las naciones hay que mirar a sus empresarios. El martes, en la Rural, ante La Nacion, durante un almuerzo con periodistas, reforzó la tesis con un latigazo: "Miren dónde trabajan y viven los hijos de los empresarios argentinos: la mayoría está en el extranjero. Eso no pasa ni en Brasil ni en México".
http://aldoulisesjarma.blogspot.com/2011/07/burguesia-nacional.html

Troskistas de la rama de la izquierda nacional (no la terrateniente sojera actual) como Juan Ramón Peñaloza, pintaron de cuerpo entero a la burguesía local. En su libro "Trotsky ante la Revolución Nacional Latinoamericana" (1953) dice:

"Esa burguesía está compuesta en gran parte de extranjeros e hijos de extranjeros, imbuidos de cultura europea, es decir, imperialista, y que no han tenido tiempo de asimilarse ideológicamente al país en que viven, el cual, por otra parte, no estaba en condiciones, debido a su carácter semicolonial, de ofrecerles una cultura autóctona moderna. Dependiendo como depende del imperialismo para proveerse de materias primas, combustibles, equipos, maquinarias y procedimientos técnicos, nada teme más que privarse de esta fuente si da algunos pasos atrevidos; y el continuo contacto que por estos motivos mantiene con él, refuerza aquel extranjerismo ideológico; frente al criollo hijo de la tierra, considérase más bien como una parte de la burguesía europea o yanqui y comparte el odio colonizador, el menosprecio hacia el nativo y hacia las posibilidades del país que caracterizan al imperialismo, La inestabilidad del desarrollo industrial, forjado solo al calor de tres grandes crisis, los altibajos de la política en un país dependiente, no han hecho sino acrecentar su afán peculiar de enriquecerse cuanto antes a costa del país, de llenarse la boca a dos carrillos; este desmedido espíritu de lucro le hace rehuir la paqrticipación en empresas económicas, de larga perspectiva, como la industria pesada, que exigen la renuncia, a algunos super-beneficios iniciales. Agreguemos, además, que las más importantes fábricas son propiedad del imperialismo, que teniendo su centro en la metrópoli no tiene ningún interés en ir más allá. La burguesía industrial argentina, ligada afectiva e intelectualmente con las decrépitas burguesías de las grandes potencias, que, definitivamente caducas, ven en el proletariado a su sepulturero histórico, abriga hacia los obreros nativos, tradicionalmente superexplotados, los mismos temores seniles que aquellas y en sus más modestas reivindicaciones ve de inmediato flamear el estandarte rojo del comunismo. Este es el origen primario de su actitud derrotista frente a un gobierno como el de Perón, que procurando realizar los propios objetivos nacionales de la burguesía industrial, busca el apoyo obrero para resistir al imperialismo, y lo empuja así por las vías del bonapartismo. Nada singulariza mejor cuanto dejamos expuesto que el hecho de que el radicalismo, llamado por su origen a ser su partido, haya decaído y se haya convertido en un instrumento de la reacción imperialista y oligárquica a medida que la burguesía se consolidaba y hacía más fuerte.

Una política nacional y democrática exige ante todo enfrentar decididamente al imperialismo en América Latina, apelando al sostén revolucionario de las masas. La burguesía industrial argentina se siente absolutamente incompatible con esta política que, sin embargo, es la condición de su viabilidad como clase. Oscilando entre los dos polos de esta insoluble contradicción, traza la marca de su irremediable impotencia histórica."

http://www.marxists.org/espanol/rivera/1953/003.htm

Todas estas características son aún perfectamente compatibles con los hijos y nietos de aquellos empresarios de la primera mitad del siglo XX. Y siguen siendo el poder real en el país.